lunes, 4 de julio de 2016

HIPOCRESÍA SOCIAL..BODA POLITICA EN LAS VEGAS

Este fin de semana se han sucedido una serie de acontecimientos en torno a las tres mil viviendas que ha vuelto a reavivar los temas de seguridad en el paso de los buses por dichos barrios.

Mi punto de vista en este asunto es claro y va en la línea integradora de que cualquier ciudadano, independientemente de su circunstancias, debe tener acceso a los servicios básicos que el propio sistema pone al servicio de la sociedad.

A partir de ahí es el sistema el que debería de dotarse de los elementos suficientes para que las medidas integradoras no se implementen en detrimento de nadie.

Lamentablemente y en el sentido de la seguridad para el servicio de transporte urbano colectivo de Sevilla, a su paso por las tres mil viviendas, nos encontramos como uno de los habituales cantos al sol que en materia de integración hacen las diferentes administraciones, todos e independientemente del color, buscando única y exclusivamente el rédito electoral en detrimento de los propios ciudadanos de la zona y de los propios trabajadores de los servicios públicos.

Dicho lo anterior a modo genérico nos vamos a centrar en el particular de Tussam. Ningún servicio público de la susodicha zona presta el mismo sin apoyo de las autoridades, incluso estas hacen las intervenciones con más apoyos que en otras zonas de la ciudad.
Las diferentes Gerencias o Direcciones de las entidades y de los servicios públicos han permitido que los trabajadores asistan a la zona solos, excepto la dirección de Tussam, la actual y las anteriores, e incluso algunas de ellas han cambiado recorridos de líneas que fueron consensuados en su día con las diferentes AAVV de la zona. Bajo mi punto de vista, esta sumisión absurda no está para nada justificada en tanto en cuando la filosofía de transmitir normalidad no se realiza con el resto de servicio públicos, lo que nos genera dos opciones…o no está normalizada la zona (que ya lo sabemos)…y de no estarlo están malgastando medios públicos de manera injustificable al dotar de  vigilancia algo que no la necesita.

Es extraño que cada vez que los conductores de Tussam nos hemos negado a pasar por la zona hayamos tenido u voraz ataque por parte de determinadas organizaciones políticas y sindicales e incluso vecinales…pero ninguna de ellas haya alzado la voz o se haya preocupado cuando los conductores han sido agredidos…lo quien refuerza mi teoría de la hipocresía social de quien o quienes accionan en ese sentido.


Sin duda todo esto va a tener a medio plazo sus consecuencias y está claro que esas consecuencias se pueden extrapolar en materia penal a quien, teniendo posibilidades, no tomaron medidas, pero eso será si en el momento dado existen organizaciones sindicales en el interno de Tussam con la suficiente fuerza como para que eso sea posible…actualmente lo es…pero el futuro no pinta nada bien.

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