domingo, 17 de julio de 2016

EL CORTIJO DE LOS INEPTOS

Dicen que la valentía es la ausencia de miedo, aunque creo que la mejor definición de la valentía es esa que la expresa como capacidad de superar precisamente los miedos.

Hay cobardes que se destacan, no solo por ser incapaces de superar ese miedo, ni no también porque incitan a otros al arrojo. Estos son los peores..¿Quién no ha tenido ese típico amigo que incitaba a todos a hacer el gamba pero a él nunca le visteis en ni una?..los peores de todos.

Está claro que también el nivel de inutilidad de esos “valentones” tiene mucho que ver…cobarde e inútil…!!!ya me dirás!!!, pero hoy me voy a centrar en un tipo de cobardía mas mezquina si cabe…la de los cobardes anónimos.

A ese tipo de cobardes se les caracteriza por lo definido anteriormente pero aderezado negativamente por su mimetización con lo abstracto, con su autoproclamación como; voz del pueblo…voz divina…o verdad absoluta…pero sin que identificarse.

A vueltas con mi trabajo, podría escribir una tesis doctoral en torno a estas figuras, noventa y cuatro volúmenes,  pero hoy me voy a centrar en un anónimo, escueto y cobarde, texto pegado a pie de una publicación sindical (por cierto, de mi sindicato)…papel a bolígrafo que viene a decir básicamente que se aislé a un sindicato porque este esta ha denunciado la dejadez de funciones de determinado colectivo y que esta dejadez está suponiendo un detrimento de las condiciones del servicio para los ciudadanos de Sevilla…!!!toma valentía!!!

Este tipo de cobardía egoísta y sectaria retrata al escribiente, sin duda, y lo hace en alta definición, pero lo más significativo es que todo esto se produce como respuesta a la desesperada contra el cambio de tendencia que ha supuesto la eliminación del modelo, paralelo al oficial,  de acceso a determinados puestos…precisamente de acceso al colectivo aludido.

A mí, que me gusta ser directo y cuando actuó dar la cara, se me ha ocurrido decirlo por aquí, aunque podría haberlo hecho a través de los medios sindicales.

 Las circunstancias por las que utilizo este medio, que en próximas entregas os iré desgranando, tienen algo que ver en ello, sobre todo porque entiendo que determinadas publicaciones tienen que ser de ámbito profesional. El hacerlo por aquí tiene más que ver con facilitar que el “valiente anónimo” pueda ser capaz de dar la cara, aunque en cualquier caso lo dudo…es más plausible que me la apunte en la lista negra para devolvérmela a futuro, aprovechando su posición jerárquica, que para que se replantee su modo tan peculiar de ver la vida…nada machote/s…!!!aquí está el tío!!!.

No cabe duda de que cuando un cobarde anónimo tiene determinada posición de privilegio jerárquico se suele subir a la parra, se lo va creyendo, sobre todo cuando le han dado pábulo sus mentores…la caída desde lo más alto del eucalipto (una altura de más o menos una segunda planta) es más dura si cabe, sobre todo ahora que quien dirige los designios de la empresa exige profesionalidad..¿cómo puede hacerse el importante alguien al que le falta capacidad profesional en un nuevo mundo donde la actitud en lo más importante?...sin duda será interesante el desenlace.


Siempre existirá la posibilidad de que la empresa retome el modelo antiguo, el modelo en el que la vía de acceso y ascenso sea más clientelar que objetiva, la vía por las que lo inútiles tienen más fácil el acceso (por otra en sencillamente imposible), el estilo de dirección del látigo, el estilo cuartelero, pues sí, puede volver…y si eso se dá…ya lo sabes, editor anónimo de cobardes panfletos…mi nombre es Isidro Ángel Fernández…conductor de autobuses…esto vale también para otros cobardes que usan el anonimato…pero ese será otro cantar.

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