El otro día os
hable de la prensa pesebrera, cuando determinado diario
sevillano publicaba una determinada noticia más encaminada a mediatizar a
la opinión publica para que los dueños de la citada publicación sacasen tajada
(pertenece a un grupo de empresarios cuyas otras actividades son ajenas al
periodismo pero muy vinculadas políticamente de determinada opción) que
verdaderamente a sacar a la luz las verdades del barquero.
Hace tiempo,
el periodismo se consideraba una profesión de héroes, una profesión arriesgada
que apostaba por hacer aflorar la verdad en todos los asuntos, siempre sustentado
en un idealista y noble código deontológico.
A día de hoy
se pueden contar con los dedos de las manos los periodistas que son capaces de asumir
al 100% el citado código…a intereses toca…hace medio siglo los que se plegaban a
las presiones eran normalmente velando por su integridad física, a día de hoy,
la inmensa mayoría, lo hace por un plato de lentejas, penoso pero es así.
Es evidente
que no voy a jugar a demagogia y entiendo perfectamente, aunque no lo comparta,
que se antepongan determinados intereses personales, económicos o laborales al código
citado, es lógico, sobre todo porque lo normal en este país es que se estudie o
trabaje para acceder al empleo o emprender el negocio mejor pagado, no para
buscar esa máxima pero desde la propia vocación.
Sí, quizás me
quiera hacer trampas al solitario, quizás yo haya tenido la oportunidad, suerte
o capacidad de haber estado dedicándome siempre a tareas laborales que me hacen
dar lo mejor de mí y por ello quiero entender que todo el mundo es igual…quizás.
Pero también es cierto que si en algún momento, por circunstancias de presión jerárquica,
han intentado obligarme a hacer algo que atentaba contra la profesionalidad o “código
deontológico” de mi labor de ese momento, siempre busque los medios para
evitarlo o denunciarlo…todo ello con las consabidas represalias, que las ha
habido y muchas.
Dicho esto, de
nuevo técnicamente carente de la síntesis más adecuada, creo, retomo eso de la prensa
pesebrera.
El citado periódico
y en concreto un periodista cuyo primer apellido hace referencia a un
gentilicio norteño, parece ser que tiene especial animadversión (o intereses económicos)
referidos a Tussam.
Allá por
2007/2008, ya se convirtió en el azote de los trabajadores de Tussam, mintiendo descaradamente a la opinión pública
al objeto de ser partícipe activo de la criminalización artificial que inicio
el político (por cierto, creador de la figura de los Ere´s cuando fue nombrado consejero de Trabajo e
Industria de la Junta de Andalucía), Guillermo Gutiérrez Crespo, con el que
colaboro activamente desde su inmerecida poltrona periodística….¿resultado?...pues
nada, le regalaron a su diario un traje de publicidad integral en el recién estrenado
Metrocentro…a intereses toca..Por cierto, su periódico, cuya vinculación es
cuando menos sospechosa, parece que no rinde cuentas desde ese año precisamente.
Todos podríamos
romper una lanza y pensar que el periodista actuó en base a los datos que podía
contrastar (que os aseguro no es el caso). Pero si eso hubiese sido así y su
integridad periodística tuviese un mínimo peso…¿porque no rectifico cuando los
tribunales quitaron la razón a todo lo publicado?...blanco y en botella
Todo aquel o
aquella que seguisteis la movida de Tussam en prensa entre los años 207/2008/2009 y tuvisteis a
bien seguir también las publicaciones
de los medios sindicales, entenderéis claramente a que me refiero…y si leéis
otros medios sindicales también entenderéis eso que digo sobre sindicatos “asindicales”,
pesebreros y sumisos.
Esto es solo
el primer capítulo sobre la prensa…en breve mas y sobre una periodista que decía
que los conductores ganamos 42.000 euros al año….y no lo es que tenga nada en
contra de la periodista por motivos laborales, es que no veas la cara de
mosqueo de la parienta cuando me preguntaba que donde me estaba gastando el
dinero que faltaba…;)
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