Resaca de elecciones sindicales, de digerir resultados y de
ver claramente como la promoción empresarial a determinadas organizaciones son
una descarada vulneración de los principios de no discriminación recogidos en
el convenio colectivo.
No voy a ir por ahí, creo que con los textos anteriores se
queda meridianamente de manifiesto cual es el juego de traiciones que comandan
estos eventos.
De traiciones va la cosa, de deslealtades si queremos
suavizar el término, e incluso, si me apuráis, de falta de apoyos por intereses
bastardos…que en definitiva no son ni más ni menos que traiciones en diferentes
grados.
Dicen que para que haya traición tiene que hacer afecto, de ahí
que la traición va antecedida por una relación de confianza y afecto profundo.
En este periplo Bloguero ya he anticipado algunas acciones históricas
de traiciones profundas, como la de Julio Cesar, aunque también podríamos nombrar
la de Judas, el beso y las treinta monedas…ambas con los antecedentes de afecto
y confianza.
Podemos tomarnos o encarar las traiciones desde varios puntos de
vistas; Cortar la relación, apuntar a los traidores en la lista negra, buscar
venganza, etc., sea como sea, una traición siempre deja secuelas y cada vez que
se recuerdan las mismas evocan esa sensación entre ira y desencanto tan desagradable, sobre todo porque no debemos olvidar que la traición casi siempre
es un acto premeditado.
También podemos verlo desde otro punto de vista y analizar las situaciones que llevaron al
desenlace, sin descartar responsabilidad por parte del traicionado…Todo esto lo voy a llevar a un terreno en el que
ya me he manifestado anteriormente, aunque esta vez tiene su genesis en una conversación mantenida en la
jornada de ayer me hace que lo inclina al terreno de la participación ciudadana,
una vez más.
La conversación aludida versó sobre la cuota de responsabilidad que tienen
los sindicatos mayoritarios en todo lo que política y socialmente está
ocurriendo en el país. Convenir que las estructuras montadas por estos podrían ser muy
efectivas para los intereses de los trabajadores, quedo fuera de toda duda. El
uso y abuso que se ha hecho de las mismas por parte de los dirigentes también fue
una coincidencia en la conversación.
Vamos a la parte más peliaguda de la misma; ¿creéis que la inacción
de los afiliados de base podrían ser la causa de la degeneración sindical
mencionada?...No cabe duda de que es la clave.
Hemos visto como la calidad sindical y humana de los
dirigentes sindicales ha ido mermando claramente hasta llegar a la degeneración,
tal es así que incluso han aplicado en sus estructuras determinadas reformas
laborales retrogradas contra la que supuestamente han combatido con Huelgas Generales incluidas…sin comentarios, mucha verborrea,
mucha parafernalia, mucho postureo y cero en ideales, solidaridad, formación o preparación.
Dame pan y dime tonto, dirían los afiliados, que no han hecho
nada por frenar esta desazón….Pancismo, sí, pero a día de hoy están sin pan, pero tienen endosado el adjetivo y quizas
todavía más grandilocuente si cabe…en mayúsculas…los dirigentes traidores sacando tajada
de las treinta monedas mientras van camino del dogal, cuales Judas de andar por
casa.
No me cabe duda de que la traición siempre perjudica,
materialmente, al traidor a medio largo
plazo, pero creo que el traicionado siempre se llevara la peor parte…porque
esta estará viva en el recuerdo de manera permanente…Seguramente habréis oído
siempre a alguien decir que ya no se enamoraba mas después de una traición sentimental, casi seguro.
Pero lo que ocurre en el caso sindical, donde el corazón descerebrado no juega casi ningún papel
relevante, eso de; Los sindicatos no valen para nada, solo para que los
liberados se aprovechen…eso hace mucho daño, dado que desgraciadamente ya no
hay, como hace tres décadas, componenda ideológica
que toque la fibra cardiaca y devuelva la confianza, aunque sea a otras siglas.
Por mi parte solo apostar, como le dije a mi amigo cubano, que mi aportación idearía pueda ser compartida y asimilada por uno solo de
los lectores que visiten este humilde espacio…sé que no será suficiente para cambiar
el mundo en un mes, pero tampoco lo pretendo siendo consciente de lo que hay,
aunque al menos espero que quede como ese granito que, quizás en unas décadas, pueda
ayudar a conseguir la montaña.
Hablar de revolución es sinónimo de rebeldía, cierto, pero
como convenimos, mi amigo el cubano y yo, tener que llegar a la revolución y
conseguir el objetivo, no solo tiene que servir para eso, tiene que servirnos tambien para que esta situacion conseguida no degenere en lo
mismo contra lo que se lucho, pero cambiando de color a los opresores…y eso es complicado
cuando los cambios son traumáticos…quizás poco a poco logremos cambiar el
sistema sin degenerar en convertirnos en lo mismo contra lo que luchamos…recuerda
que el traidor solo lo es cuando le has dado tu confianza, incluso los que te apoyan en la revolucion..
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