martes, 1 de noviembre de 2016

PRIMERA LINEA, TERCERA FILA POR FAVOR



Ayer, mi compañero y amigo Rafa (Raf Bul), me hizo llegar la foto que abre este texto. Muy a tener en cuenta en las próximas elecciones sindicales de Tussam.

Posiblemente hay poco que añadir a la inapelable realidad descrita en esa imagen…pero aun así voy a intentar ser mas explicito por lo que ello tiene que ver con la realidad actual de mi empresa.

El dibujo en sí ya determina una realidad mayoritaria de composición o "militancia" en lo que a la cola de los que criticar se refiere…vamos a analizar esa fila.

Ahí, en esa primera fila,  están los que jamás harán nada por solucionar nada, ni nunca lo han hecho…esos son los habitantes autóctonos de la misma…los dueños y señores del pancismo más extremo...nada , nunca y para nadie, que no sea el mismo… paradigmas absolutos de la envidia y promotores de ella.

Ahora la segunda….Ahí están los que ven las soluciones pero invitan a los demás a hacerla…sus habitantes autóctonos son esos que viven cegados por el interés manipulador de llevar a los demás a que les solucionen las papeletas…todo ello desde un halo de “consejeros del consejo de sabios” que ni tienen, ni sean capaces de tener.

Vamos por la tercera…¿veis?...muy pocos y los que se ven se están alejando, quizás por hartazgo, quizás por rendición, quizás hasta por venganza de ver como los de las filas contiguas prueben de sus medicinas…vaya usted a saber…

Los habitantes autóctonos de esta fila suelen tener una gran componenda de solidaridad, de dedicación y de altruismo…lamentablemente parece ser una especie en extinción dado que ha nacido una nueva fila que no aparece en el gráfico…la fila de los que dicen que van a hacer pero ni saben, ni hacen.

En esta cuarta y última fila podemos meter a esos que se trasvasan de la primera y la segunda mimetizados en sayos de salvadores de la patria…sus habitantes bien podrían ser esos que se enmascaran de habitantes de la tercera fila pero que solo buscan un interés personal…como ejemplo podíamos poner el estereotipo popular (aunque no comparta el fondo) de políticos, sindicalistas, etc…evidentemente sin llegar a estar de acuerdo con ese estereotipo genérico….dado que los políticos y sindicalistas de verdad suelen estar o haber estado en la tercera fila, con hechos consumados no con verborrea barata.

Cuatro filas…mi fila tipo es la tercera…hay que mojarse….yo invito a todos a que hagamos de la tercera fila la más grande…bueno, menos a los de la cuarta fila que creo que esos son los que más daño pueden hacer…veréis:  Si pertenecéis a la tercera fila podéis:

  • Criticar, dado que ofrecéis y ejecutáis soluciones diferentes….
  • Sugerir, dado que sois capaces de poner en marcha esas sugerencias….
  • Y tercero y más importante…HACER, que es lo que en realidad diferencia.

Insisto en lo peligroso de los de la cuarta fila…en esa están los más listos, los mas manipuladores y los mas egoístas, si me apuráis incluso los que un día se pusieron en la cola de “hacer las cosas” y ni las hicieron, ni sirvieron, ni ayudaron…algo que suelen utilizar de trampolín para parecer lo que no son…por su populismo les conoceréis…!ojo! que en la cola de los de “hacer” también hay mucho infiltrado...no es oro todo lo que reluce.


Ya sé que hay demasiado mensaje subliminar…uno de ellos puede ser que quizás que los de la tercera fila se cansen de pertenecer a esta y se sitúen en ese plano de los que se ven alejándose al fondo…puede que quizás la decepción o una ráfaga fuerte de la inexorable realidad les baje de la nube…o tan vez quizás el querer ver a los relevos como tales y encontrarse sorpresivamente con sujetos de las otras filas ocupando esas posiciones ...puede que esos sean los puntos de inflexión y  los mensajes o puede que no.…Quien sabe…aun así, me gustaría una tercera fila amplia…es señal de que la cosa cambia, incluso con el riesgo de encontramos en esa fila algunos infiltrados…Al fin y al cabo a estas alturas, muy a pesar del hartazgo, uno sigue teniendo los mismos principios…YO ELIJO TERCERA FILA…sin menoscabo de que la necesidad de desprenderse de inadecuados compañeros de viaje y hacer una parada en el camino tenga que ser el precio a pagar para volver a la actividad.


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