domingo, 26 de noviembre de 2017

DANZAS DE GUERRA



No se pueden cambiar las cosas haciendo siempre lo mismo y cometiendo los mismos errores…solo si rompes las cadenas que te encorsetan a la monotonía y a la zona de confort, avanzaras.

Soy de los que piensan que eso de las formas es el invento del mediocre para controlar lo que no es capaz de combatir con argumentos…aunque haya quienes lo mezclan con ese otro dicho de que el que insulta es porque no tiene argumentos…estereotipos, clichés, paradigmas…¿os habéis preguntado alguna vez quienes y porque inventan determinados modelos de conducta?...pensadlo.

Ser paranoico “voluntario” tiene sus ventajas…puedes ver escenarios que otros no pueden…puedes plantear soluciones a problemas mucho antes de que se manifiesten y a veces a problemas que ni siquiera se ven a simple vista…no sé si es malo o bueno…pero hay veces en las que me gustaría estar equivocado…como dije en una de mis entradas, nada tiene que ver con poderes clarividentes.

La entrada anterior ha supuesto la ruptura de un compromiso, por el que me he llevado un rapapolvo…pero también puede suponer otras rupturas…o eso que le manifesté a algún buen amigo hace pocos días…morir matando.

Dicen que enfrentarte al poder es peligroso…claro que depende de lo que para algunos se considere peligro…para mí el peligro es estar parado, permitir determinadas cuestiones que nada tiene que ver con las cuotas de poder…se llama sencillamente respeto…ni peligro, ni seguridad, ni valentía, ni cobardía…sencillamente dignidad.

Los que pierden la dignidad son los primeros vencidos, los que la pierden y pretenden hacer parecer que son guerreros, son los traidores más peligrosos…mucha tela esto último…algunos lo alinearan con esos pequeños vendeburras, pero en este caso me refiero a otros, los más peligrosos….los que medran entre bambalinas…si, pero no…no, pero si..

El oráculo es una de las etiquetas que suelo adjuntar a mis entradas…juguemos…Fringer, el universo paralelo…lo vamos a pasar bien…explosión controlada…morir matando…llamémoslo como queramos…pero, señor conejo….bailemos, que es lo único a lo que no voy a renunciar…al baile…comienza el show…

El primer acto…el baile de las caretas…

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